Gracias a todos los que pusieron una sonrisa en el rostro de niños y adultos por igual a través de su donación de tiempo y fondos. Su inversión en la vida de los demás a través de programas de agua sana, educación y rehabilitación ha levantado el ánimo y mejorado la vida de muchas familias.
El siguiente blog es un diario ilustrado del proceso de entrega de filtros a un pueblo de montaña.
Fue un viaje de dos horas desde nuestra ubicación en Bogotá hasta la vereda de Belén en el municipio de Ubaque con diez rotarios del Club Rotario Bogotá Chapinero. Estábamos entregando 40 filtros BioSand en la última fase de un proyecto que proporcionó 120 filtros en total.
Los filtros, la arena y la grava llegaron cuidadosamente empacados desde Ibagué, la capital del Tolima. Los filtros fueron ensamblados por el Club Rotario Nuevo Ibagué y adquiridos por el Club Rotario Bogotá Chapinero. Esta cooperación es un ejemplo de boca en boca entre los rotarios sobre el suministro de agua sana a las familias rurales.
Hombres locales y los rotarios se ocuparon de descargar el camión y organizar los filtros y todos los componentes.
Colocaron cada filtro con una tapa y se aseguraron de que cada uno tuviera un recipiente con tapa y grifo.
Posteriormente se agruparon los recipientes y se llenaron con varios componentes necesarios para la instalación.
El presidente del club, Jaime, habla sobre el proyecto junto a Julio, un residente proponente del proyecto.
Bob cuenta la historia del desarrollo del filtro y la función de cada componente.
La foto oficial de los rotarios documenta el evento.
A medida que los rotarios suben la colina hacia su transporte, los aldeanos comienzan el proceso de cargar los filtros para distribuirlos a sus hogares.
Estos proyectos se unen a través de la cooperación. CAPD proporcionó los moldes que construyeron las cajas de filtro y financió el transporte del primer envío. El Club Rotario Nuevo Ibagué construyó las cajas y armó los componentes. El Club Rotario Bogotá Capinero recaudó los fondos e implementó el proyecto con la ayuda de líderes comunitarios. Ahora con esta experiencia, esperan poder atender a más familias a través de una Subvención Global de La Fundación Rotario.
Finalmente llegamos a la casa de Hugo Andrés y sus abuelos al final de un camino tortuoso, y allí estaba, como un pop-up, en la ventana de nuestro carro, dándonos la bienvenida a su casa. Nos había estado esperando.
Hugo Andrés comparte una sonrisa con Marlene.
Hugo Andrés es un amable joven de 23 años con discapacidad intelectual. Vive en una finca de cacao de medio hectárea con sus abuelos, Mery y Hugo, en un barrio llamado La Sabana. Hugo Andrés ama su vida en la granja. Ayuda a sus abuelos con la finca de cacao, pero necesita orientación para cada paso.
Sus abuelos están preocupados por lo que le sucederá a Hugo Andrés una vez que fallezcan. Quieren que tenga la finca de cacao, pero en este punto, no puede manejarlo solo. Otra preocupación es que Hugo Andrés no sabe de dinero: las denominaciones, cómo hacer cambios, cómo presupuestar, etc. Tendrá ayuda de los vecinos, pero hay mucho que aprender si podrá vivir independientemente en la granja.
Olguita con Hugo en medio de la finca de cacao.
Hugo amablemente nos mostró a Olguita y a mí alrededor de su granja mientras las terapeutas trabajaban con Hugo Andrés en el interior. Nos mostró parte del proceso de cultivo del cacao y habló de Hugo Andrés. Él se cuida a si mismo muy bien. Estudió hasta el grado 2 en la escuela, va a la tienda del campo a comprar alimentos para la casa, se lleva bien con todos y tiene muchos amigos. Pero nunca ha tenido ninguna atención especial de ningún tipo hasta ahora y su abuelo está preocupado. Hugo Andrés ha estado con Fandic durante cinco meses. Hay oportunidad, pero el tiempo apremia.
El pequeño paseo por la granja fue muy útil para darle a Olguita pensamientos sobre un posible plan de terapia de 3 puntos que discutió con Hugo. El plan requiere un trabajo inicial por parte de los terapeutas para aprender el proceso de cultivo del cacao y representarlo en forma de imágenes; luego repasarlo repetidamente con Hugo Andrés hasta que lo aprenda. En segundo lugar, darle una parcela de tierra como parcela de práctica, pero también una parcela sobre la que tendrá propiedad. El último punto en el plan es aprender a administrar el dinero, algo que Fandic ya incluye en su plan de terapia para otros adolescentes.
Hugo Andrés posa con su abuela, Mery, y su abuelo, Hugo.
Sentí el amor en esta familia. Los abuelos quieren que su nieto tenga éxito. Quieren que tenga un futuro. Pero no han tenido la orientación requerida para lograr este objetivo hasta ahora. Con la ayuda de Dios y con la de Fandic, su objetivo se realizará.